Aníbal Ojeda lleva adelante Fundación Rioja, una organización que atiende a niños de escasos recursos que sufren de malformaciones congénitas, fundamentalmente de labio leporino. Con 37 años de médico cirujano y más de 8000 niños operados, Aníbal combate la falta de acceso a la salud y el abandono de tratamientos por razones culturales, económicas o geográficas. El proyecto se desarrolla en el interior de La Rioja, donde la pobreza y el abandono son alarmantes y aumentan la posibilidad de malformaciones en los embarazos.
Aníbal es médico cirujano desde hace 37 años. Desde 1983 se dedica a su especialidad: el trabajo con niños quirúrgicos con malformaciones congénitas. “El niño te pide estar mejor, entonces a uno no le queda más remedio que encontrar la solución”. Vive en La Rioja y dedica gran parte de su tiempo a viajar al interior para visitar y atender a sus pacientes más vulnerables. Hoy posee convenios con Smile Train (EE.UU) y otras instituciones del país y del exterior, para extender esta metodología de trabajo que ya cambió la historia de cientos de chicos y de sus familias.
Aníbal y su Fundación están logrando que miles de niños que jamás pensaron en obtener algún tratamiento puedan hacerlo de forma gratuita. Ofrece una cobertura médica abierta y no condicionante a todos los niños que la requieran, sin importar su procedencia ni su situación social. Cada vez son más los voluntarios y los colaboradores en las diferentes áreas de acción. Gracias a la intervención de Aníbal y su equipo, muchos niños evitaron vivir con discapacidades que eran evitables, pero que nadie estaba evitando.
“Solo uniéndonos en grandes redes solidarias vamos a lograr que ningún niño padezca de discapacidades por culpa del abandono, el desinterés o la falta de atención. Un niño enfermo es una familia enferma, una sociedad enferma. No tratar de ayudarlo significará su fracaso en la búsqueda de un futuro feliz”.
