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Pabla M. Villalba

Red de Costureras solidarias de Pilar
Pilar, Pcia. de Buenos Aires

Costura de barbijos y camisolines

El proyecto

Pabla es costurera y, al decretarse el aislamiento en marzo, se puso en acción. Levantó el teléfono y llamó a dos amigas para ofrecer su ayuda. Al día siguiente, una de ellas le tocó la puerta y le entregó los primeros 30 camisolines para coser. Desde el taller en su casa, empezó a realizar camisolines de distinto tipo de nylon, botas de aislamiento, tapabocas para profesionales de la salud en hospitales, y para quienes necesitaran material de protección en merenderos, asilos, oficinas públicas, entre otros lugares. Ella es parte de la Red de Costureras Solidarias de Pilar, un espacio creado por Pilar Emprende y la Asociación Civil Comprometidas, conformado por más de 80 costureras que donan su tiempo durante la pandemia para confeccionar material de protección para profesionales de la salud.

Pabla M. Villalba

Red de Costureras solidarias de Pilar

El dato

A partir de la pandemia, muchas de las mujeres del barrio se quedaron sin trabajo y la red permitió que muchas de ellas pudiesen trabajar, sentirse útiles y crear emprendimientos para salir adelante. “Este es un proyecto que ha crecido y ya se ven otras necesidades para que esto sea de gran ayuda” Hoy la red no continúa pero sí el trabajo de Comprometidas AC que fue el puntapié inicial para pensar una salida laboral para muchas de las mujeres que eran emprendedoras y tuvieron que cambiar su oficio, o para muchas otras que descubrieron que esto podía ser una salida laboral.

Qué está logrando

Desde que comenzó la red, confeccionaron más de 60 mil tapabocas, más de 2.000 máscaras, 3.000 camisolines e incontables botas de aislamiento repartidas en todo el distrito. Además, enviaron pedidos a la Villa 31, el partido de Tigre y la provincia de Santiago del Estero. Con el acompañamiento de la Asociación Civil Comprometidas, Pabla también comenzó a hacer ajuares para los bebés destinados al hospital materno infantil de la zona con la máquina prendida las 24 horas del día, los 7 días de la semana.

Su mirada

“¿Qué puedo hacer? Coser”. Hace 18 años que Pabla es costurera y se hizo la misma pregunta pero esta vez para ayudar a otros. No importa el día ni el horario, ella está sentada frente a su máquina de coser lista para el próximo pedido: “Siempre se puede hacer algo para ayudar”.